PODCAST DE PADRE PEPE

Ep. 2: ¿Los que no son cristianos no tienen que cumplir los mandamientos?

Abuela María: ¡Padre, buenas tardes! Soy María la abuela de Enrique. Padre, él llegó muy emocionado con la clase sobre los diez mandamientos pero me preguntó: ¿Las personas que no son cristianas no tienen que cumplir los mandamientos? Y la verdad no supe qué responderle… ¿Me puede ayudar con eso?

Padre Pepe: ¡Buenas tardes, querida abuela de Enrique! Es un gusto saludarte. ¡Qué buena pregunta! Los Diez Mandamientos son reglas que Dios nos dio para ayudarnos a vivir bien y a llevarnos bien con los demás. Aunque los Diez Mandamientos se dieron a Moisés y al pueblo de Israel, en realidad, muchas de esas reglas son cosas que todas las personas en el mundo creen que son importantes, independientemente de su religión.

Por ejemplo, casi todos están de acuerdo en que no debemos mentir, robar o lastimar a otros. Estas son cosas que también nos dice nuestro corazón y nuestra conciencia, porque Dios ha puesto en cada uno de nosotros una especie de brújula interna que nos ayuda a distinguir entre lo bueno y lo malo, eso es lo que llaman “Ley natural”.

Entonces, aunque los que no son cristianos no conozcan los Diez Mandamientos tal como están escritos en la Biblia, muchos de ellos todavía tratan de vivir de acuerdo con esos mismos valores porque son cosas que hacen que nuestra vida y la vida de los demás sean mejores.

María, si quieres ahondar en este tema, te recomiendo entre muchos otros, el Catecismo de la Iglesia Católica en la primera sección de la tercera parte, donde habla de la ley moral, la ley divina y la ley natural… busca del número 1954 en adelante, creo que te gustará.

Espero que esto te sea útil para conversar con Enrique. Que Dios los bendiga a ambos en este camino de fe.

“Podcast de Padre Pepe”: un espacio para explorar y aclarar inquietudes sobre la fe de grandes y pequeños, buscar respuestas y aprender juntos.

Encontrarás reflexiones inspiradoras que nos ayudarán a fortalecer nuestro camino espiritual.

¡Acompáñanos a ahondar y dar razón de nuestra fe!